" ¿ Por qué cuernos me engañaste?" , de Ana von Rebeur , Editorial Norma , 2010

miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿ Qué es hoy el amor?


Para Revista Tendencia

El amor en los tiempos de las redes sociales


Por Ana von Rebeur, autora de los libros “ ¿Quién entiende a los hombres?” y “¿Por qué cuernos me engañaste?” de Editorial Norma
El amor aparece en las letras de todas las canciones y es el tema central de muchas novelas y películas. Tanta presencia en cine, poesía, literatura y boleros lo hace ver como algo fantasioso y casi demodée. Al mismo tiempo,la facilidad de comunicaciones instantáneas que tenemos los humanos en estas últimas décadas lograron que se escriba casi sin pensar, y que los más jóvenes- esa generación sobrecargada de hormonas – le diga “ te amo” a cualquiera : a amigas , amigos y a recientes conocidos. Esto hace que la palabra “amor “ quede bastardeada y manoseada , pierda esencia y significado profundo. Mientras los chicos se twittean y envían mensajes de texto diciéndole “ te amo” a veinte personas por día, las mujeres se siguen quejando de que sus novios y maridos no les dicen nunca “ te amo” . Los hombres son parcos por naturaleza. Manejan un vocabulario de 6.000 palabras al lado de los 20.000 vocablos cotidianos que usan las mujeres. Tienen una jerga plagada de “palabras comodín” que usan para cualquier cosa, y evitan usar términos muy específicos. La palabra “amor” para ellos es más que específica: les suena a cursi, sentimental, poco realista. Cuanto mucho, prefieren decir “ te quiero”, lo que los pone en aprietos con sus novias: un dilema que no tienen los de habla inglesa, donde se puede “ amar” a un hijo,a un socio o a un helado de chocolate: “love” vale para todo.
Enamorarse es lo más fácil del mundo. Sólo se precisan ganas , y un contacto fluido con alguien que no esté pensando en otro y tenga el mismo interés de estar enamorado que tiene uno. A partir de un par de miradas y de la decisión de “sí, de este chico me podría enamorar”, nuestro cuerpo se empieza de llenar de hormonas llamadas endorfinas que nos provocan todo lo que se escucha en las canciones de amor: “ no puedo vivir sin ti”, “ no duermo pensando en ti” ,” me desespero si tu no estas”…Estas hormonas tienen efecto durante un máximo de unos 17 meses. Si el amor no es correspondido, viene un dolor casi físico por la falta de suministro de esta hormona de parte del otro. Se puede decir entonces que nuestro ser amado es nuestro proveedor personal de endorfinas.Si nuestra pareja nos deja de atender y considerar ( o peor aún , resuelve proveer de endorfinas a otra más) , lo que se considera es la separación. Lleva unos seis dolorosos meses habituarse a que no tendremos más esas hormonas del placer.
¿Y qué sucede si el amor es correspondido? Habrá por delante unos 17 meses de idilio endorfínico a pura pasión, luego del cual los receptores de estas hormonas se cansan, y ya no sienten “ lo mismo que antes” .¿ Y cómo se hace para que el amor dure más que 17 meses? Cultivando y compartiendo intereses comunes que hagan aparecer otra hormona en escena: la oxitocina, que es la hormona del apego, y que se produce con abrazos y caricias diarios . Si la pasión se acaba, pero tu novio et sigue tomando de la mano, tu dosis de oxitocina está asegurada. También la de el. Y nadie quiere separarse de alguien que te provee una sustancia que te hace sentir con cada abrazo “¡qué lindo! …¡quiero más!” .Por supuesto no es todo sólo biología y neurotransmisores. Somos seres racionales y también calculamos que él o ella es una buena persona, que nos tiene en cuenta y nos escucha cuando hablamos, nos mira a los ojos y nos reímos juntos. Tenemos recuerdos juntos, y proyectos similares y lo aprecio como persona: es mi mejor amigo. Por lo tanto, decido que sigamos unidos, cosechando juntos recuerdos felices que nos unirán en una historia común. Y para hacérselos saber, aunque no me guste la palabreja tan manoseada , le digo “ Te amo” Y él , como es hombre, me dirá “ Y yo a vos” . Amar , sí, es una decisión. Alimentada con proyectos compartidos . Y muchos abrazos cotidianos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario