" ¿ Por qué cuernos me engañaste?" , de Ana von Rebeur , Editorial Norma , 2010

domingo, 12 de septiembre de 2010

Para el infiel: que hacer si no te perdonan


Una vez que está claro que tu pareja engañada no quiere perdonarte, te queda una sola cosa por hacer: recuperar la dignidad perdida. Si la que te fue infiel es una novia (no están casados, no tienen hijos) lo que debes hacer es desaparecer del mapa y que te tenga que venir a buscar ella, una vez que haya digerido lo sucedido. Y desaparecer implica nada de llamaditas, nada de email, nada de sms. Es desaparecer.Esto es útil por dos cosas: tienes que darle todo el tiempo del mundo para que revea la situación, Si te está viendo todo el tiempo a su lado, lo único que sentirá es dolor y asco por lo que has hecho. Y no es bueno para ti que te estén mirando con asco, ni para ella sentir que le das asco infinito. Salvo que sea de las que aceptan que la abraces y la consueles luego del incidente (cosa rara), trata de mantenerte lejos y de no cruzarte demasiado con tu pareja engañada en los primeros días. Lo que sucede naturalmente es que el infiel ruega llorando que lo perdonen, que nunca más sucederá, y la engañada lo rechaza llorando, diciéndole que nunca hubiera imaginado eso de él. Para colmo, ya seguramente lo sabe su madre, sus hermanas y un par de amigas que le han dicho que eres lo peor, y que debe olvidarse de ti. Estás muy solo en esto, no tienes aliados .Si lo saben tus hijos estarás en el mismo infierno. Y si ella te perdonara ya, quedaría como una cornuda consciente, lo que es aún más humillante.
Si estás seguro de que ella te ama, lo que debes hacer es tener una charla valiente, digna, sin lágrimas ni ruegos. Le dirás que realmente estás arrepentido de lo que pasó, que jamás en la vida lo volverás a hacer, que lo que más te importa es recuperar su confianza, pero que no puedes volver el reloj hacia atrás para evitar lo sucedido, y como ya le has pedido perdón y queda claro que estás abochornado, si ella no te quiere a su lado, respetarás su decisión y no insistirás. Si tú recuperas la dignidad, ella también la recuperará, y ahí, en vez de llanto y reproches, tendrá que decidir si te quedas o si te ayuda a armar la valija.

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