Cuando las ganas lo piden a gritos

Tenemos que reconocer que hay factores predisponentes a que una persona busque sexo fuera de casa.
. El mayor enemigo del sexo es el cansancio. Los ajetreos de la vida cotidiana a veces apenas nos dejan fuerzas para pulsar las teclas del control remoto. Así como a los hombres les gusta mirar partidos de fútbol porque les gusta ver que los que se cansan son otros, también por el mismo motivo les gusta ver películas pornográficas: los que se cansan son otros.
Eso de zarandearse al compás de otro cuerpo tiene su encanto y su alegría solamente si los dos colaboran y ponen un poco de entusiasmo.¡Prueba bailar salsa con alguien que solo quiere leer el diario! Hacer el amor con alguien que no está motivado es la misma empresa imposible.
Si uno empieza a ver símbolos fálicos en el chupete del bebé, se erotiza viendo a Jesús semidesnudo en el altar de la iglesia, se pone cachondo mirando melones en la frutería y se excita al ver como lo hacen dos moscas sobre la ensaladera, significa que está en un avanzado estado de necesidad sexual.
Es lógico que empiece a fantasear con que la almohada de plumas es el torno de una mujer desnuda...¡o al menos el torso de una gansa desnuda!
Al contrario del hambre y la sed, el sexo es algo que cuanto menos se lo practica, menos interesa. Y a la inversa: cuanto más tienes, más quieres, y menos te sacias. La prueba está en que en los conventos no ves religiosas bailando lambada o trepando por las paredes por las ansias sexuales. Los paseadores de perros tampoco hacen con las dueñas de las mascotas las mismas cosas que las mascotas hacen entre sí.
Hay hombres que no es que mueran de ganas de tener sexo por falta de sexo, sino que tienen unas ganas tremendas de tener sexo con cualquiera que no sea su esposa . En ese caso, es como si él hubiera definido tácitamente “ Seré infiel” . Y no hay nada que puedas hacer al respecto