" ¿ Por qué cuernos me engañaste?" , de Ana von Rebeur , Editorial Norma , 2010

sábado, 28 de agosto de 2010

¿Sexo con la misma persona por el resto de tu vida?

Se calcula que las cifras reales de infieles son mucho mayores debido a que la gente cree que la pregunta remite solo a la infidelidad en el sentido de “ haber realizado el acto sexual con alguien que no sea tu legítimo cónyuge”. Pero la verdad es que no es necesario meterse en la cama con otro para ser infiel.
Imagina que en el casillero de correos electrónicos de tu marido descubres mensajes encendidos de pasión que hablan de “recorrer tu cuerpo con mi lengua”.
O alguien te dice que tu mujer coge de la mano a un compañero de trabajo por debajo del escritorio.
O que tu novio llama a una amiguita diez veces por día para recitarle poemas eróticos.
¿ Necesitas que intercambien fluidos en una cama para sentir que te engañan? La traición existe, y te sientes víctima de una infidelidad aunque no hayan tendio sexo ...¡aún!
Ahora bien, seamos honestos: eso de esperar que por haberse casado contigo tu marido o mujer nunca más se sienta atraído hacia ninguna otra persona del sexo opuesto, es un disparate total.
Somos humanos, tenemos ojos y apreciación hacia el otro. Y tu consorte también lo tiene, salvo que te cases con una especie de témpano corto de vista. Pero si tu cónyuge tiene ojos y sensibilidad, no se le pasará por alto alguien con quien tendría una enorme afinidad...si tú no estuvieras en el medio.
El matrimonio en realidad es un voto tácito de compromiso como el del famoso “y no nos dejes caer en la tentación” del Padrenuestro. Decir “ Si quiero”, implica “hasta aquí llegué, y esto es lo mejor que hallé. No tengo ganas de seguir buscando, y si se me pasa el tiempo, no podré casarme más que con gerontes. Entonces me conviene decir que te amaré por siempre.”

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