" ¿ Por qué cuernos me engañaste?" , de Ana von Rebeur , Editorial Norma , 2010

domingo, 29 de agosto de 2010

Menú de celos para sufrir a gusto

Los celos se pueden separar por clases por su origen, pero en los efectos finales, son todos lo mismos: una enorme pérdida de tiempo y energía por quien no lo merece.
Veamos cuáles son las diez clases principales de celos:

1- Celos por la atención:
Uno debe sentir que vale por sí mismo, independientemente de lo que otros – incluso tu cónyuge –opinen de uno. Cuando sientes que el trato del otro hacia ti puede ponerte tanto en la gloria como en el peor de los infiernos, estás en sus manos, no tienes autonomía, y estás perdido. Si dependes de una sonrisa o un gesto para saber si estás haciendo las cosas bien o mal., estás casi en la situación de mascota. ¿ Por casualidad te llaman “ Boby” o “ Duquesa”? ¿Ya sabes dar la patita? ¡ Pero que bien! ¡Ahora, hazte el muerto!

2-Celos por baja autoestima:
Cuando te sientes poca cosa, te convences de que a la vuelta de la esquina tu pareja encontrará a cualquier otro/a mejor que tú, que le hará olvidar que existes.
Es cierto que la vuelta de la esquina acecha siempre un posible rival que puede quitarte a tu pareja. Pero también es cierto que ese posible rival no será Liv Tyler ni David Beckham, sino alguien bastante menos fascinante, a quien puedas enfrentar sin temor. También es cierto que por más que un rival quiera quitarte a tu amor, no lo logrará si a tu amor no le interesa el asunto. Finalmente, si tu amor decidió que quiere irse con tu rival, llorarás durante unos meses, pero tarde o temprano tendrás que lavar vasos, ropa y pisos, que son una mugre.

3-Celos por afán de control:
Los celosos ven a la independencia del otro como una amenaza, una traición latente. Son policías de tiempo completo porque le temen al abandono. Si se quedaran solos ¿ a quien controlarían? ¿Al gato?. El celoso controlador es alguien a quien tienes que avisarle a qué hora llegas, a qué hora sales, a qué hora le pasas a buscar, a qué hora haréis el amor, y a que hora se te irán las ganas de hacer el amor, pues ya estás harto de anunciar tantos horarios. ¿Por quién te ha tomado, por el Big Ben?

4-Celos por regresión:
Por inseguridad en su valor personal, el celoso se “pega” a alguien sabiendo que sin su apoyo no podría existir. O por lo menos, que si va al cine, tendría que comerse solo un enorme balde de palomitas de maíz con la consiguiente indigestión. El celoso no se anima a reconocer que esa dependencia le incomoda, y sufre sintiéndose víctima de una situación no buscada. Pone su propia felicidad en las manos de otro, como si el otro fuera una autoridad como el padre o la madre, que tiene el poder de dejarle sin postre si se porta mal. Así logra que su pareja en verdad le deje sin postre y lo envíe en penitencia al rincón.

5-Celos porque te falta algo
Desde la infancia uno resiente el poder del otro. Y duele saber que no siempre se tiene lo que uno quiere, y no por eso debes celar a nadie. Tampoco deberías suponer que si el otro no te da lo que sueñas es porque se lo está dando a otro. Hay personas que te dan la impresión de que te mezquinan algo solo a ti, cuando en verdad se trata de que no tienen nada para dar.

6-Celos por Proyección:
Proyección es el mecanismo psicológico a través del cual ponemos en el otro los sentimientos que no queremos reconocer como propios. Por ejemplo: como no puedo decirte que quiero acostarme con el encargado del edificio, proyecto mis deseos en ti, y te digo: “¿Con que quieres acostarte con el encargado del edificio?”.Está comprobado que los padres más infieles son los que más celan a sus hijas, no las dejan salir de noche ni traer novios a casa. Freud se animó a más, y afirmó que los celos son impulsos homosexuales reprimidos. Es decir que en realidad el hombre celoso no te cela a ti pensando en lo que otro podría hacerte a ti, sino pensando en lo que el otro podría hacerle a él...¡ y se muere de envidia por no poder estar en tu lugar!.

7-Celos por posesividad:

La gente muy posesiva te transmite algo como “ te permito ser bello y exitoso en tanto y en cuanto seas una parte mía y me pertenezcas por completo., y no telas arregles por las tuyas”. Si tienes suficiente integración interna, no necesitas poseer a una persona para sentirte completo, ni destruir lo que no es tuyo.¿ Pero quién ha dicho que hay tanta gente íntegra? Ve y prueba decírselo a un celoso: te desintegrará un florero en la cabeza.

8-Celos por falta de amor:
El camino del amor, según la psicoanalista inglesa Melanie Klein, nace de la envidia. El bebé siente envidia y odio hacia la madre todopoderosa que le puede tanto dar el pecho, como quitárselo. Cuando la madre lo alimenta, el bebé siente alivio y culpa por haber pensado tan mal de ella. Y de allí viene la gratitud y las ganas de compensar y reparar el odio sentido antes. Esas ganas de cubrir con amor el odio que acabas de sentir es nada menos que el amor.
Cuando no puedes sentir gratitud hacia una pareja, es que te has quedado en la primera etapa, en la de la envidia, y quien se queda en la envidia no llega jamás al amor. La diferencia entre la envidia y los celos es que la envidia es adictiva: quieres algo que el otro tiene. Los celos son sustractivos: odias que te quiten algo. El celoso, sea hombre o mujer, se convierte en un bebé que ve en su pareja el pecho materno, un pecho del que depende para vivir, pero al que quisiera destruir por no estar ahí cuando le necesita con urgencia.

9-Celos por idealización:

Las personas acomplejadas viven celosas, pensando que cualquiera puede ofrecerle a su pareja algo más que ellas mismas. Esta gente siente que cualquiera es mejor que él. Y además teme crecer y a superarse, por temor a que los demás le tengan envidia. La envidia hace que te subestimes y que idealices a cualquier otra persona, a quien ves como peligroso rival. Si piensas que cualquiera es mejor que tú, te estás condenando a los celos perpetuos.

10- Celos delirantes:
Hay dos tipos de celos inventados: los deliroides – en los que una simple sospecha se toma como certeza real – y el delirio celotípico, basado en ilusiones y errores perceptivos, que pueden incluir falsos recuerdos, alucinaciones y falsas vivencias alucinadas. Los celos delirantes también redundan en los “cuernos por las dudas”, que son los que le pones a tu pareja por las dudas de que él o ella te los ponga antes a ti.
Ali Mc Graw, la actriz de la película de los´70, “Love Story” cuenta en su autobiografía que cuando se casó con el guapísimo y cariñoso productor Bob Evans, todo el mundo le decía “ Bob es un terrible mujeriego que no te será fiel ni por una semana seguida”. Ella vivía tan aterrada con esta idea, que apenas pudo, le puso los cuernos con el actor Steve Mac Queen, como para adelantarse a la infidelidad de su marido. Así acabó arruinándose la vida junto a un hombre violento, alcohólico, celoso y absolutamente infiel, que la llevo a divorciarse del único hombre que la cuidó en su vida, que fue Bob Evans.
Los celosos lo husmean todo como sabuesos. Pero qué poco olfato tienen. Por tanto controlar la vida de los demás, se les descontrola la suya propia..

No hay comentarios:

Publicar un comentario