" ¿ Por qué cuernos me engañaste?" , de Ana von Rebeur , Editorial Norma , 2010

domingo, 29 de agosto de 2010

Largándolo todo afuera

¨Que hacer apenas te enteras de que tu amorcito estuvo intiercambiando fluidos y sonrisas tiernas con otra persona
Para evitar caer en la depresión, debes reaccionar. Y para ello, debes hacer un trato con tu pareja:
“Ya te descargaste la libido fuera de casa durante no sé cuanto tiempo, y yo creyendo que estabas haciendo aerobismo. Ahora por favor permitime expresar mi ira. Cuando la haya soltado entera veremos si puedo conversar con vos de buen modo y con calma...y ahora dejame que sigo hachando leña ” .
Ahora es momento de lanzar fuera toda tu indignación, con toda la furia que quieras. De todos modos, sería bueno que le pidas a alguien de confianza que te quite del camino los cuchillos, tijeras, serruchos, agujas de tejer, sacacorchos, martillos y broches de la ropa. Sí: una persona engañada puede matar a alguien con broches de la ropa. Por las dudas, pedi también que te quiten los alicates, las tijeras de uñas y los encendedores. Son armas extremadamente peligrosas. ¡Por algo será que te los quitan en los aeropuertos!
Mantenerse impertérritos y hacer como que “aquí no ha pasado nada” no sirve de mucho. Prolonga la agonía, te daña a vos, a la pareja y a la familia entera. Que te engañen es una tragedia, y hay que vivirlo como tal. Una vez que hayas gritado, llorado, pateado los muebles y arrancado el empapelado de las paredes con los dientes, tal vez puedas sentarse a pensar qué paso, por qué, si se podía haber evitado, etc. A la larga, sabrás todos los detalles, pero primero debes echar afuera todas tus emociones.
Expresate a tope. Comprate un tarro de pintura en aerosol y llena las calles de graffitis que digan “El me traicionó” , “ Mi marido es una basura” , “Ya no confío en el" , " Roberto, te odio“.. Pinta pancartas y pasacalles que digan: “¿CON QUÉ DERECHO?”, “¿Crees que soy estúpida?” o “ No hay nada que explicar” , para que el las vea todos los días al salir al trabajo . Volcale un kilo de miel en su portafolios. Corta en tiras su traje favorito. Llenale de queso en aerosol el interior de su laptop. Perfórale con un taladro la suela de todos sus zapatos. Rellena con pasta de ajo su tubo de dentífrico. Rellena con agua su desodorante a bolilla. Tira a la basura la mitad de los trebejos de su juego de ajedrez de cristal favorito. Preparale cafe con cucarachas molidas. Inyectale vinagre en cada uno de sus cigarrillos y habanos.
Esto no es venganza, sino autoexpresión de genuina ira.
Una vez que hayas lanzado afuera tu furia, debes recordar no darle al amorío más poder sobre tu vida del que merece, aunque en el momento en que te enteras te parezca que se acaba el mundo. No se acaba el mundo, aunque sí se acaba tu manera de mirarlo. O de mirar a tu marido.
Deberás crear un nuevo mundo y, en especial, unos nuevos nuevo Adán o Eva. La infidelidad de tu pareja a veces no tiene nada que ver con que te ame o no , sino en su propio rollo con la vida. El engaño no trata de amor o de falta de amor, sino de temas a veces más de base, que venían de antes de conocerte y que es preciso enfrentar con urgencia. Si haces como que no ha pasado nada y no aclaras la cuestión, el tema esencial sigue sin enfrentarse y el problema sigue sin solución.
Deja que el sepa que estás furiosa porque eligió un engaño para mostrarte que había algo en la pareja que debía ser resuelto, en vez de decírtelo de frente y darte la posibilidad de resolverlo juntos.
Cuando estás lista, mantenete en calma. Acordate de que será difícil discutir con el infiel si estás llorando, porque los hipos te quitarán respetabilidad. Luego de haber llorado mucho a solas , intenta mantener la compostura. No seas quien se humille y sufra : que sufra quien ha roto con el pacto de confidencialidad.
Una madre que reprende a un hijo que ha cometido una falta, no llora gritando “¿Por qué a mí? ¿Por qué a mí?”, pues perdería la autoridad. Si no quieres dar lastima, no hagas eso. No te cuelgues de sus rodillas rogando que no te deje, ni intentes que te cuente cada encuentro con la Otra paso a paso. Eso es arrastrarte por el fango por quien ya te ha enlodado.
Por ahora dedicate a descubrir las razones del engaño y de que manera se puede seguir con una relación quebrada al medio: ¿La pegarán con adhesivo? ¿Rellenarán el hueco con geranios? ¿Practicarán salto con garrocha de un borde al otro de la grieta? ¿Harás una “grieta- party” para los amigos? Mucho cuidado con esto: hay muchos que la rellenan con un moisés con un bebé adentro.
Esto no es asunto que se arregle con el diálogo, porque él seguramente no querrá dialogar. Tampoco se solucionará con una charla de una tarde. Llevará días, semanas, meses...darse cuenta de por qué lo hizo, y ver si es o no posible de reestructurar la relación, tal vez dándole un giro de 180 grados : tú encima, pisándole el cuello; él abajo, con la cabeza gacha y bozal, por supuesto.
En el último de los casos, si una reestructuración no soluciona el problema, una reencarnación arreglará todo.
Habla con él. Hacele preguntas puntuales y concisas, sin irte por las ramas. Comparti lo que sentis, tus sentimientos de rabia, desazón o tristeza. De todos modos, la mayor parte de las veces no vale la pena preguntar una razón , pues no la hay . A su vez, a él puede sacarle de quicio que le sigas haciendo reproches y hostigando interminablemente cuando ya confesó y pidió perdón, y capaz que te sale con algo asi como :

-¡Me tienen harto tus sentimientos de rabia, desazón o tristeza!¡ Ya te pedi perdón como mil veces, y te jure no engañarte nunca más! ¿Que queres ahora? ¿Que me ponga de rodillas, limpie el piso con la lengua, llore a tus pies una semana sin parar y me tire de cabeza por la ventana?

A lo que vos le diras:

-¡Pero qué idea tan brillante, bichi!

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