" ¿ Por qué cuernos me engañaste?" , de Ana von Rebeur , Editorial Norma , 2010

miércoles, 25 de agosto de 2010

Infieles, porque pueden



Se dice que los hombres tienen la tendencia natural a ser infieles que se acrecienta cuando no se sienten apreciados por su pareja. O sea que acostarse con una mujer sería para ellos solamente una caricia a su autoestima, equivalente a comprarse una nueva caña de pescar. En esa triste posición quedamos las mujeres, aún siendo la amante de turno: equivalentes a una caña de pescar, y atrapando la misma cantidad de pescados. Si se le pregunta a los hombres por qué son infieles, ellos se justifican excusas tan profundas como:
“Porque se me dio la oportunidad”
“Porque había tomado de más”
“Porque quería divertirme un poco”
“Porque ella estaba increíblemente buena, y me estaba provocando desde hacía diez años”
“Porque ella no estaba tan buena, pero me estaba provocando desde hacía diez minutos”
“Porque ella estaba sola y me provocó pena”
“Porque ella estaba”
Por ende, nunca es cierto que ellos traicionen a sus mujeres porque ellas ya no los miman, sino porque no encuentran la caña de pescar adecuada.
Cuando le preguntaron a Bill Clinton por qué cometió adulterio con la interna Mónica a Lewinsky, el respondió: “Por la peor razón posible: Porque podía hacerlo. Creo que es la razón más moralmente indefendible que nadie podría dar para hacer nada”.Esto es exactamente lo que los hombres quieren creer de sí mismos: que son irracionales, que no pueden con su genio y su instinto salvaje. ¿A quién quieren engañar? ¡Si hoy en día, a cualquier hombre, si le dan a elegir entre siesta y fiesta, prefiere la siesta! La verdad es que ocultar una aventura les da tal pereza…que optan por ser fieles.

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