" ¿ Por qué cuernos me engañaste?" , de Ana von Rebeur , Editorial Norma , 2010

sábado, 28 de agosto de 2010

Los tres más potentes reactivadores sexuales

La necesidad de sexo es algo que se puede olvidar según conveniencia. Pero si te la pasas pensando en el sexo que podrías tener y que no tienes, seguramente bailarás lambada y treparás por las paredes del convento. Tres cosas son responsables de las tremendas ganas sexuales:

Interés por lo desconocido
Recuerdos de pasiones pasadas
Ganas contagiada.

Veamos caso por caso:

1)Interés por lo desconocido
Cuando eras chico te ponía cachondo el escote de la maestra de inglés, porque no sabías que había debajo de las redondeces . Y pensabas : “¿Que hace el primo Esteban tanto tiempo encerrado en el cuarto con su novia sin hablarse? ¿ Por qué María se pone tan contenta cuando llama el novio? ¿ Por qué suenan violines en la telenovela cuando Maximiliano Gabriel besa a Talía Iracema ? ¿ Que significan los graffitis en la puerta del baño de la estación? ¿ QUÉ ME ESTOY PERDIENDO?”
Ese es el primer disparador de las ganas sexuales: la curiosidad. Entonces te llenas de ideas de lo que pueden hacer dos personas en la cama, y te pones como una caldera a punto de explotar, imaginando las cosas más interesantes...hasta que compruebas que no es tan fascinante como te lo habías imaginado. Pero si estas aburrido luego de ciertos años de casado, y con cierta curiosidad por saber si aún puede hallar en el universo femenino alguien con quien hacer esas cosas que de chaval soñaba que haría con las mujeres...y que aún no hizo...¡eres candidato a la infidelidad! .
Ni que hablar de una mujer que aun espera que su marido haga algo, cualquier cosa...¡pero ALGO! Sobradas razones tiene para sentirse curiosa y buscona.

2 ) Recuerdo de pasiones pasadas:
Suponte que entre los nueve años más gloriosamente sexuales de nuestras vidas – de los 13 a los 21-has tenido la enorme suerte de ligar con alguien que te gustaba mucho. O sea, el chico de tus sueños hecho realidad, que te mira a los ojos y te dice “ Te quiero”. Casi no puedes creer que te este sucediendo a ti . Una persona que te atrae como un imán, que quieres que te folle por las orejas...¡quisieras fundirte con ella para formar un solo ser de cuatro brazos y dos culos! Si ambos son generosos y les gusta experimentar, seguramente acabarán haciéndolo de cabeza, de frente, de perfil, bañados en nata, en un ascensor, en la cima de un faro y en un asiento del Metro. Y cada vez sienten que lo hacen por primera vez. Y tal vez en eso resida el secreto del buen sexo: sentir que cada vez lo hacemos por primera vez.
Hace muchos años que no sabes nada de ese Apolo que te dejaba la cabeza girando en círculos de emoción, ni de esa Afrodita que era la luz de tus ojos .No puedes buscarlos para revivir el pasado. Pero el pasado está en tus venas, porque las sensaciones y los recuerdos no se van . Entonces ves una película romántica, o una serie en la tele, o lees una novela erótica, o un amigo te cuenta un romance que está teniendo, que te recuerda esos tórridos días junto al amor de tu vida. Y quisieras revivir con cualquiera eso que sentiste en tu juventud. Entonces puede suceder que te resignes pensando “ Esas pasiones de juventud se viven solo una vez.” O que no te resignes y digas : “ Me siento un muerto sexual. No puedo darme por vencido,...¡Debo hacer algo por mi sexo, antes de que se me caiga de raíz!”. De éstos infieles potenciales, están los que los que esperan pasivamente que alguien que pase por sus vidas los deslumbre e invite a un revolcón discreto. ( Mayoría damas) y los que intentan ligar activamente con cuanta persona parezca abordable, aduciendo que “ En la variedad está el gusto” ( Mayoría caballeros)


3)Ganas contagiadas:
Finalmente, el tercer disparador es el contagio.
Si el socio de tu marido ligó con una veinteañera de boca pulposa, y le pide a tu marido que le sirva de tapadera, tu marido se le llenará la cabeza de ratones que le comen el coco preguntándose porque él se queda trabajando como un idiota mientras el socio pasa la tarde haciendo acrobacias sexuales con la rubia pulposa. De ahí a buscar su propia aventura sexual hay sólo un paso.
Si entre tus amigas hay una que está adelgazando porque tiene un amante, ponle la firma que un par más querrá buscar un amante porque la dieta del pomelo no resulta. Hace años se vio un largometraje francés sobre cavernícolas llamado “La Guerra del Fuego” , con una escena que se podría repetir hoy. Están en la cueva dos homínidos y una mujerínida, y uno se lanza sobre la mujer, la toma por atrás y empieza con el viejo quita y ponga. El otro cavernícola peludo que estaba royendo un hueso muy relajado, de pronto recuerda que aquello es mejor que roer huesos. Salta encima de un colega para imitar a la pareja y se lleva de regalo un bello puñetazo en su velludo vientre. Si te detienes un rato en la jaula de los monos del zoo, ves lo mismo: juegan todo el día, pero basta que a uno se le ocurra follar, para que todos quieran hacer lo mismo en el mismo momento...¡ Que poco originales los macacos! O sea que hay muchos varones a los que ni se les pasaría por la cabeza la idea de que “ necesitan sexo”, si no fuera porque imitan a otros varones a quienes se les ocurrió primero saciar sus impulsos sexuales.
Los que prueba que los hombres civilizados son tan poco desarrollados como los monos y los cavernícolas. Si nos se les recuerda que existe el sexo, se olvidan de hacerlo y prefieren roer huesos. Por eso los medios gráficos, las revistas y la tele está tan llena de sexo: si no se los haces recordar, lo olvidan ..¡ y se extingue la especie humana!

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