" ¿ Por qué cuernos me engañaste?" , de Ana von Rebeur , Editorial Norma , 2010

sábado, 28 de agosto de 2010

Las cinco etapas del desconcierto

¿Qué ha pasado aquí?

Que alguien te diga “ya no te quiero” es doloroso, pero es un hecho. No puedes forzar a nadie a quererte.
Pero que alguien esté a tu lado cumpliendo todos los ritos de una pareja enamorada-.no cortarse las uñas delante tuyo, no comer ajo si tú no comes ajo- mientras que por otro lado está buscando otra pareja, es un golpe bajo y una traición artera. En especial si antes no te había dicho “ya no te quiero”, con lo cual podías vértelo venir. Pero no te avisó, entonces esto te cae como un balde de agua helada , de aceite hirviendo o de cualquier cosa que manche mucho la ropa..
Te devanas los sesos pensando por qué lo hizo. Que te sea infiel está indicando algo, ¿pero qué?
¿Que siempre le gustaron las gordas de pelo rizado, mientras que tú eres delgada y tienes peso liso?
¿Quería concretar alguna fantasía sexual extraña, y, sin animarse a proponértela a ti, la ha hecho realidad con ella? ¿Como cuál? ¿Hacer el amor sobre palomitas de maíz? ¿En el alféizar de una ventana? ¿Bañados en gazpacho? ¿Hacer un menage a trois con tu pastor inglés? ¿Que quería tener una aventura? ¿Por qué no se dedicó al paracaidismo o al bungee jumping desde un puente de 100 metros, en lugar de estropearos la vida a los dos? Hay americanos que con tal de no meterle los cuernos a la esposa, practican patineta con rulemanes en carreteras de montaña, bajándolas a 200 km/h. Otros más locos, hacen lo mismo a bordo de un carro de supermercado...¿ No es más inteligente bucear entre tiburones o salir campeón de snowboard, antes que follarte a la recepcionista de tu dentista?
Además... ¿Se trata todo de sexo? ¿O de sentimientos? ¿Qué sucede? ¿ Es que ya no te ama más, pero no se anima a dejarte? ¿Te ama, pero necesita distracción? ¿Quiere dejarte, pero piensa que tú morirías sin él? ¿Quiere dejarte, pero cree que moriría sin ti? ¿Por qué no te deja? ¿Porque le recuerdas a su madre? ¿O porque le gusta demasiado cómo preparas los callos?¿Quiere dejarte, pero no lo hace para asegurarse de que si aquello no resulta, aún te sigue teniendo a ti? ¿Sabe que lo amas, y te pone los cuernos por temor a que lo fagocites con tanto amor? ¿No sabe si te ama a ti o a tus cotorritas australianas? ¿No sabía que hacer el viernes a la noche? ¿No sabe / No contesta?
¿Qué le pasa al infiel que busca a otra para meditar con quién diablos finalmente quiere estar? ¿Por qué necesita tanta compañía paralela? ¿No le hubiera convenidos dedicarse a las acrobacias chinas, donde tienes a cinco tías con malla de lycra roja debajo tuyo, tres a cada lado y dos en la cabeza? Es más, si alguien le tiene tanto pavor a la soledad, ¿por qué no se muda a Pekín, donde tendrá 14 millones de vecinos que llenan las calles haciendo desaparecer toda necesidad de relaciones paralelas? O mejor, ¿por qué no se busca una amante china?
Las mujeres vemos las cosas mucha mas claras que cualquier hombre. Lo que nos mata, es que a la hora de poner las cartas sobre la mesa, somos terriblemente cobardes:

- ¡No me dejeeeeees!



Las cinco etapas del desconcierto


Todo esto sucede entre el consabido “¡Cielos, mi marido!” y decir “No es lo que estás pensando”, en el cual hay una ligerísima posibilidad de una en un millón en el cual tu marido diga: “Claro, cariño, comprendo que él te está quitándo una basurita del ojo” ; Pero sea él o ella el engañado/o, seguramente querrá rugir : “ Ya sé que no es lo que estoy pensando...¡sino que es MUCHO PEOR!”
El momento en que descubres que te han estafado se vive con las mismas etapas con las que se vive un duelo. Pero este es un duelo por la confianza perdida.
Estas son las etapas por las que habrás de pasar:

Primera etapa o de la negación: Sucede apenas te enteras de la infidelidad del ser amado, y vas repitiendo “No, no puede ser”, “Eso es mentira”, “Estás confundido”, “No es cierto””, etc. te parece una broma de mal gusto, o que se equivocan de persona. Si él no llegó anoche a casa lo imaginas desmayado en un zanjón, deambulando por la ciudad con un ataque de amnesia, reparando su coche o cazando mariposas, pero jamás lo puedes imaginar con otra persona en una situación íntima. “Mi Juan nunca haría eso”... ¡Ay! ¿En verdad lo conoces?

Segunda etapa o de la ira: Una se pone fuera de si, y quiere matar a alguien, si es posible, a tu Juan, si es posible también a ella, si es posible los dos, y mejor aún si pueda matar a ambos con una sola bala para no desperdiciar municiones.. Te culpas a tí misma por no haberlo advertido, a los niños por distraerte de las evidencias, al trabajo de tu marido que logró que él conociera a la secretaria, y a nuestro trabajo, que nos mantuvo lejos de percibir señales. Buena época para hachar leña, con las energías que te dará la bronca. Pero no dejes a Europa sin bosques.

Tercera etapa o de regateo: El dolor es tan intenso que una busca consuelo, entonces intenta ver si logra una negociación para acomodarse a las nuevas circunstancias. Como “Me iré de casa un par de días” , “Vete de casa un par de días” o “ Nos vamos los dos de casa y que el perro riegue las plantas”. Cuidado con el infiel que en vez de decir “me iré de casa por un par de días”, te dice “me iré de casa con un par de díaz: ¡las gemelas Díaz me tratan mejor que tú!”. También hay una tendencia a hacer tratos imposibles: “Si dejas de verla, Heriberto, te prometo que te regreso la muñeca de goma inflable”.

Cuarta etapa o de la depresión: Caes en la cuenta de que negar no sirve: lo peor ya ha sucedido. Negociar tampoco sirve porque no hay nada negociable. Te embarga la angustia, un sentimiento profundo de pérdida y temor, y una soledad en la que te sientes absolutamente desamparada y vulnerable, sin tener a nadie con quien contar. Es claro, hace media hora que estás bajo la ducha pidiendo una toalla. Piénsalo del lado positivo: ya estás bañada. Peor sería que estuvieras gritando quién te alcanza un jabón.

Quinta etapa o de la aceptación: . Es el resultado final de la evolución normal del duelo. No es resignación sino aceptación, un proceso mediante el cual se aprende a convivir con la idea de que has ligado con un mal tío, y que la próxima vez elegirás mejor. Ahora sabes que en cuanto cierres los ojos para estornudar , podrá volver a serte infiel. Tienes a favor que la próxima vez ya sabrás que habrás de pasar nuevamente por las cuatro etapas, ¡pero a mucha mayor velocidad!

Sexta etapa (opcional) o de la violencia refleja:
Se trata de morder o arrancarle los pelos a cada uno que te diga “Pon algo de tu parte” ,“Debes ser fuerte” o “Ya pasará”. Pero no entraremos en detalles para no darte la idea de hacerlo.

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