" ¿ Por qué cuernos me engañaste?" , de Ana von Rebeur , Editorial Norma , 2010

miércoles, 25 de agosto de 2010

Entrevista en Peru 21


Sociedad | Lun. 03 ago '09
“Que un hombre haga las tareas del hogar es de lo más erótico”La inteligencia y el humor son dos cualidades que, juntas, se potencian entre sí. Ana von Rebeur las tiene pero, además, es irreverente y –para colmo– dibujante. Ella ha venido a la Feria Internacional del Libro a presentar su obra Leyes de Murphy solo para mujeres.
Autor: José Gabriel Chueca
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De chica me interesaba el dibujo, pero me salía tan natural que me parecía tonto seguirlo como carrera. Entonces, me metí en 20 mil cosas que no tenían nada que ver tratando de evadir mi destino inexorable que era el dibujo. Empecé a estudiar Química, pero me metí de azafata, porque conocí a una vecina que se metió a una aerolínea y se iba a París, a Roma y me dio envidia. Y terminé volando 15 años”, resume Ana von Rebeur.

En sus libros se ríe de las relaciones de pareja, de los hombres, las mujeres…
Más aun, tengo un libro terminado que se llama Siempre libre con alas. Es todo sobre la menstruación. ¡Pero no me lo quieren publicar! Porque es el mayor tabú que puede existir: Sangre, tema de mujeres y por dónde sale (ríe). Terrible. Se trata de las alertas rojas que anuncian su llegada: “¡no me molestes!”, todo tiene que ser cariñito, necesidades paranormales de chocolate. Ella sabe que ya viene pero, por supuesto, él no puede mencionarlo.
Él no puede usar el asunto para explicar el carácter en ella. Parece injusto.
Lo que ella nunca va a aceptar es que la verdadera ella es la de los días premenstruales. ¡El resto del mes está disimulando! Yo hago una celebración de la menstruación: es el mejor pretexto para tirarse en la cama, comer chocolate y no hacer nada. He hecho estudios tratando de resolver si el rechazo de tantas culturas a la mujer menstruante, asumida como la que echa a perder las cosechas, tiene que ver con rechazo a la mujer o con un intento del hombre por salvarse de esta loca. Los hebreos las largaban a la carpa roja y en Papúa Nueva Guinea se van todas a la cabaña de las mujeres menstruantes. Pero nadie quiere publicar mi libro.

¿Tiene hijos?
Tres, en la peor edad (adolescentes). Es durísimo , pero la risa me salva. Es que una piensa, cuando va a tener un bebé, en ositos de peluche, cochecitos, biberón. Pero eso dura –lo conversé con mamás de varios países– más o menos 9 años. A partir de entonces, el niño pierde la inocencia y se convierte en estafador, manipulador, mentiroso…

Me estoy avergonzando de haber sido adolescente.
Todos lo hemos hechos: estar con el libro de cómics y el libro de Física abajo. ¿Estás estudiando? “Sí”. Ponen pretextos, tienen cero responsabilidad. ¿Celulares? Pierden uno al mes. ¿Llaves? Las pierden todo el tiempo. Antes cambiaba los cerrojos. Ahora digo que entren los ladrones, me saldrá más barato.

¿Tiene novio?
Estoy con una pareja que está durando… demasiado. Las parejas deberían venir con fecha de vencimiento. Yo era azafata y, por supuesto, me casé con un pasajero –los pilotos ya estaban todos casados–. Y no recomiendo el casamiento, excepto que sea con un millonario. Ahí sí. Rápido. Si es viejo y con mala salud, mejor.

Entonces, lo que dice del divorcio en La ley de Murphy solo para mujeres… Todo es sacado de la realidad. Estuve en un congreso de humoristas gráficos en Azerbaiyán, un país que mezcla costumbres árabes y rusas, y conocí a mujeres que me contaban exactamente lo mismo que cuento yo: que el ex marido queda de buscar a los chicos a las 8 de la noche y son las 10 y no llega y una tiene que inventar excusas.

Hay una viñeta en su libro en la cual una chica le dice al chico: “ya planchaste y lavaste, soy tu esclava sexual”. ¿Un hombre que hace las tareas del hogar es afrodisíaco?
Totalmente erótico. Ellos se matan pensado: qué le compro ¿un anillo o flores? O le escribo un poema. Los hombres no recogen algo del piso, no lavan un plato, no cocinan. No son malos, pero las mujeres tomamos ese desinterés a la personal, porque a nosotras nos molestan esas cosas. Por eso me parece que el amor va más por el lado del respeto del otro.

En un contexto machista, muchos deben sentirse intimidados por usted.
Sí. Pero no lo digas, porque las mujeres se achican y terminan diciendo lo que decía mi mamá: “A los hombres diles que son fabulosos y tú hazte la tonta, sino, se asustan”. Bueno, así eran las cosas antes. Pero veamos que a los hombres que los tratan como a un niño más, les va mal. Los terminan largando de la casa y no saben cumplir su rol de padres.

http://peru21.pe

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