" ¿ Por qué cuernos me engañaste?" , de Ana von Rebeur , Editorial Norma , 2010

miércoles, 25 de agosto de 2010

No es divertido ser la Otra

Hay hombres que dicen “Me encantan las mujeres infieles: las de los otros”. Pero la sociedad entera odia a la Otra, mucho más de lo que odia a la mujer infiel. A la Otra la odian todos: las mujeres, porque son una amenaza para sus matrimonios y podrían quitarle al marido, y los hombres, porque ella es la amante de otro y no la de ellos.
La infiel puede contar libremente una aventura, pero la Otra no, porque todo el mundo la estigmatiza: “ ¿ Cómo vas a salir con un tipo casado?”, “¿No piensas en sus hijos?”, “¿No ves que no tienes futuro con el? ” , “ ¿Has pensando en la pobre mujer?” , “Te quedarás vieja y sola”, “¡Eres una rompehogares!” …Definitivamente, no es algo que se pueda hablar en tiempo presente en una reunión de familiar, y un novio casado no es alguien que puedas presentarle a tu abuelita y tus sobrinos.
La Otra la pasa bien en dos lugares: en las cenas íntimas (porque el no mira el menú por el lado de los precios) y en la cama (porque a ella no puede decirle “esta noche no, querida”).
El resto de su vida es un infierno.
Increíblemente, ella cree que existe una etapa en el matrimonio que se llama “nos estamos separando”, y se queda esperando que él se separe de su mujer. Y vive esperando que él deje a su mujer y en esto hay una sola verdad: él jamás deja a la mujer. Salvo que su matrimonio estuviera mortalmente herido y con planes de separación desde antes, o que su mujer descubra todo y lo eche a patadas, él nunca deja a su mujer. Los hombres no dejan a sus esposas. El matrimonio es un sitio muy cómodo para los varones, ¿por qué habrían de dejarlo si no los sacan de ahí a la fuerza? El 90% de los divorcios son iniciados por mujeres que ya no los aguantaron más.
Hay pocos casos en que la Otra espera que el deje a su mujer, y en efecto, por fin, luego de 20 años de romance prohibido, él deja la esposa… ¡para irse a recorrer el mundo solo (porque está harto de tantas mujeres) o con la secretaria del abogado que el tramitó el divorcio!
Entonces, si la relación prohibida continúa, es a fuerza de la cantidad de mentiras que él le dice a la Otra. Y en esto, el lleva las de ganar, porque las mujeres nos creemos todo.
El le dice que no puede dejarla a la mujer porque tiene un hijo psicótico…y ella lo cree.
El le dice que no puede dejarla porque tres hijos psicóticos, y ella le sigue creyendo.
El insiste en que no puede dejar a su mujer porque tiene diecisiete hijos psicóticos, dos con cáncer, seis autistas y su mujer se suicidaría si la deja…y ella le cree porque en Discovery Home & Health se ven casos peores…y porque cualquier mujer se suicidaría si un marido la deja con semejante paquetito.
Tengo un amigo que trabaja en un sitio repleto de mujeres, y cuando hay una reunión grupal y ve que la mayoría de ellas asiste sola, va y le pregunta a cada una “¿por qué no vino tu marido? “ y a cada respuesta que ellas dan , el va anotándolas, para aumentar su lista de pretextos para escapar de su propia mujer : “ El fue a navegar y no pudo regresar porque había tormenta en el mar” , “Estaba llegando a casa, se le rompió el coche y tuvo que llamar al auxilio mecánico”, “Pasó por casa de su madre para repararle un grifo y se quedó a cenar con ella” , “ Tiene reunión de junta hasta medianoche” …Esas son las cosas que se creen a pies juntillas las esposas …y las amantes. Y ella le dicen “yo no sé si es cierto o no lo que me dice mi marido, pero si me es infiel… ¡al menos se esfuerza por ocultarlo!”.
La Otra vive en un estado de celos permanentes. Tiene celos de la esposa de él, a la que se le suman los celos de que si el es capaz de mentirle tan alegremente a su esposa, quizás también le mienta así a ella ,¿quién le asegura que no tenga otra amante al mismo tiempo?Y peor aun, ¿ quién le asegura que si deja a su esposa por ella, no acabe metiéndoles los cuernos a ella con una amante nueva? Porque convengamos que el tema de ser infiel a este tipo le sale tan natural como respirar.
Hay otras que resuelven el tema por la vía práctica: “si no dejas a tu esposa y quieres que sigamos juntos, me pones un departamento y me mantienes, y tenemos un matrinomio paralelo en nuestro nidito de amor, y si llego a tener un hijo contigo lo tratas como a uno más de tus hijos matrimoniales.” Pero por más que logre esto, la Otra debe saber que por toda su vida ella estará en un décimo puesto en la vida de él, después de su mujer, sus cuatro hijos, su madre, su casa, su coche, sus macetas con plantas y su perro. Y es triste que, pudiendo ser la prioridad número uno en la vida de un hombre, una mujer elija no serlo. DE hecho, escondia con ese hijo, vive una vida triste, en el cual el hijo crece resentido y luego va y se mete en culebrones colombianos avisando entodo los canales a la ricachona incredula “ Soy hijo de Luis Alberto” o irrumpiendo en la vida del acaudalado estanciero para decir “ Soy tu hijo”, y por qué no, hasta casándose con una media hermana rica para poder heredar algo. ¿No será mejor conseguirse uno menos galante, pero que sea todo para ti, y evitarnos que vemaos esas escenas en las telenovelas? Para lograrlo, antes de buscar hombres, debes saber detectar a tiempo a los casados y saber detectar a los solteros.

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